Manolo Díaz nació en Oviedo y descubrió su pasión por la música desde joven. En los años 60, se trasladó a Madrid, donde comenzó a destacar en la escena musical como miembro del influyente grupo Los Sonor. Este conjunto, conocido por su estilo fresco y dinámico, fue una de las primeras bandas de rock instrumental en España. Durante su paso por Los Sonor, Díaz contribuyó a temas icónicos como «El Fugitivo» (1963), que marcó un hito en la escena musical nacional y abrió camino para la llegada del pop y el rock moderno al país.
Tras su etapa en Los Sonor, Manolo Díaz comenzó una exitosa carrera en solitario en la que experimentó con estilos variados, desde el pop melódico hasta la canción de autor con tintes de crítica social. Su primer álbum en solitario, «Manolo Díaz» (1967), incluye temas como «El Libro de Buen Amor» y «De un Mundo Raro», donde demostró su habilidad para combinar poesía y melodía. Posteriormente, lanzó «La Vida Te Sonríe» (1969), con canciones como «Juventud, Divino Tesoro» y «Quiero Vivir Mi Vida», que resonaron especialmente entre la juventud de la época. En los años 70, publicó el influyente álbum «Canciones de la Rueda del Tiempo» (1971), inspirado en poemas de León Felipe, y más tarde «Claros del Bosque» (1974), que consolidó su faceta como cantautor comprometido. Paralelamente, colaboró con bandas como Los Bravos, para quienes compuso éxitos como «La Moto» (1966), que se convirtió en uno de los temas más emblemáticos del grupo.