· Ya está activada la preventa del vinilo en Subterfugeshop
· La reserva digital del álbum está disponible en todas las plataformas
· El diseño y arte del disco es obra de Mario Feal y la fotografía de Pati Duque
Tras sorprender a propios y extraños con su personalísimo debut “Bestiario” (Subterfuge, 2014), un disco lleno de fábulas y metáforas vitales sobre el ser humano en clave zoológica, y facturar el EP “Fantasmagoría” (Subterfuge, 2018) con hits incontestables como “Autómata”, El Meister firma un nuevo capítulo en su trayectoria musical.
Con portada de Mario Feal y fotografía de Pati Duque, “Fuego en Castilla” es el segundo disco largo de un artista esquivo con las etiquetas y ajeno a tendencias de última hora que sigue empeñado en sumergirnos en su demiurgo particular. Se trata de un disco con concepto, más que un disco conceptual al uso: Castilla, la tierra de este hombre orquesta del siglo 21, protagoniza un álbum moderno pero con raigambre. Una obra variada en lo formal pero coherente y unitaria en temática y atmósfera. Sabiduría popular y horizontes insondables enmarcan un cancionero rico en referencias literarias -de Cervantes a Zorrilla pasando por Valle-Inclán o Manuel Machado– y experimentación sónica: Paloteo de Tierra de Campos, jotas a ritmo de tres por cuatro, coplillas y cantos de ciego que se funden con guitarras abrasivas, atronadores ritmos y texturas sintéticas deudoras de Brian Eno, Kraftwerk o Gary Numan, por citar sólo algunas referencias.
Como la obra visual que Val del Omar rodara en Valladolid a mediados del siglo pasado, nos encontramos ante un disco que refrenda la filosofía de este artista: Pies en la tierra y mirada en el cosmos. Raíces y ensoñaciones propias del eremita que intenta explorar otros estados de consciencia.
Grabado y mezclado entre Valladolid y Madrid con Dani Alcover como ingeniero y co-productor, El Meister ha compuesto, arreglado e interpretado todas las canciones, contando con el locutor radiofónico Vicente Castro como invitado especial en el ecuador del disco (“Discurso histérico”) y con Rocío Navarro al violonchelo en “Max Estrella”.
Tradición y modernidad juntas de la mano para reivindicar que lo castellano no sólo puede, sino que debe ser algo troncal en la música española del presente milenio.