"Este disco puede ser para muchos una sorpresa que les vuelque el corazón" Fernando Alfaro
Hoy Joaquin Pascual publica
"Una Nueva Psicodelia" Una Nueva Psicodelia ya está disponible en iTunes / Apple Music, Spotify, Deezer y SubterfugeShop Diseño de Joaquín Reyes "Una Nueva psicodelia" por Fernando Alfaro
A mí cada vez me gusta más Joaquín Pascual componiendo y escribiendo canciones, y cantándolas. Los cuatro discos que lleva en solitario, después de todo lo que nos dejó con Mercromina y Travolta, son como un oasis, nuestro oasis particular. Y cada vez Joaquín es más Joaquín, enhorabuena. El último puede ser para muchos una sorpresa que les vuelque el corazón. Para mí no es sorpresa, como decía, pero me lo vuelca. 'Una nueva psicodelia' se titula el disco. Joaquín es un género en sí mismo. Grabado en su casa, rodeado de cacharros aunque no de cocina, sintetizadores analógicos, ritmos viejunos, él a sus anchas, jugando como un niño otra vez, con la compañía casi única de su hija Ángela y el apoyo lejano de amigos cercanos. Reflexionando, cada vez más nítido en sus textos, sobre el sentido de todo esto, del tiempo y la vida. Una piedra clave para esto que digo es 'Te lo pinto lunático': ahí explica el porqué de esta nueva psicodelia. Una nueva psicodelia que aleje el miedo, la soledad y la no-vida. Como ‘El misionero’ y sus tormentas de amapolas. Como este mundo loco y ‘Alguien tiene que hacer algo’. Como el folk curandero del vals ‘Me lleva el aire’. O 'Maridos', con su referencia cassavettiana, celebración de la vida, niños cincuentañeros, hojas que lleva el viento. Y mirar a las estrellas junto a la gente a la que quieres. Y no mirar al caos. Eso solo se puede cantar con esas melodías que son a la vez clásicas e insospechables. Como esos clásicos escondidos que, quizá, todavía existen. Suena moderno, me recuerda en cierto modo al primer Joe Crepúsculo, o a John Maus cantándote de cerca, si John Maus fuera tu hermano. Suena antiguo, pero de una época que no existió. Montañas de teclados, guitarras impensables, que nos hacen avanzar sobre montes huecos, a través de puentes colgantes hechos de hielo o azúcar tostado. Avanzando cada vez un poco más, con una sonrisa. Recuerdos de soul, de ritmos del órgano que había en casa de tus padres, psicodelia serena. Serenidad. Serenidad es el estado, casi gaseoso, que transmite este disco. Un disco para ponerlo en casa, canciones de andar por casa otra vez, y disfrutar. |